Este trabajo reflexiona sobre la capacidad de la pintura contemporánea de referirse a los hechos históricos que nos afectan en la cotidianeidad. Para este ejercicio de resistencia tomé dos tipos de documentos, unos públicos (diarios) y otros privados (desclasificados de la CIA). Primero realicé una serie gráfica de pequeño formato con archivos desclasificados por la CIA, referidos a la historia de Chile entre el período de 1964 a 1990.
Como segunda operación, tomé las portadas de los diarios chilenos del 11 y 12 de Septiembre de 2002, donde aparecía el atentado a las Torres Gemelas, los pinté en formatos ampliados y taché los textos referidos a las informaciones de ese hecho. Ambos ejercicios se trataban también de someter la manualidad pictórica a la imitación del documento gráfico.