En la Ópera Emancipadora, Voluspa Jarpa utiliza la forma musical de la cantata, originaria de la historia musical europea, para crear una narración sobre el poder y la emancipación. Las voces se unen para cantar la psique hegemónica de los paternalistas colonizadores europeos y estadounidenses y la psique subalterna de las clases sociales marginadas. Dos protagonistas median entre estos polos en el vídeo: el “arriero”, un arriero tradicional chileno, y la cantante y actriz transexual Daniela Vega. En el vídeo de Jarpa, la cultura indígena se contrapone a los escritos colonialistas que pretendían legitimar el sometimiento de las culturas no occidentales con su discurso de devaluación. La cantante Daniela Vega actúa como una figura de rebelión múltiple: se resiste no sólo a la colonización de la naturaleza, la cultura y las personas, sino también a la restricción y domesticación del cuerpo.